Anoche visité un centro comercial y no precisamente por placer sino porque acusaba la necesidad de recortar mi cabello. El tamaño de éste ya había superado el límite que mi decencia permitía y como soy de los varones que no confía a cualquiera su corte de cabello, acudí - como siempre - al mismo establecimiento, buscando a la misma persona. Por coincidencia, mi agenda me permitió acudir al centro de estética el mismo día en que hacían su debut los equipos de fútbol peruano en la Copa Libertadores de América y en vísperas del día internac…
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