La desnudez de Paula

- ¿Papi y ella no tiene frío? - Contuve la risa ante la inocente pregunta de una niña de apenas 5 años.

Es una típica noche fría de primavera (en pleno Fenómeno El Niño), la niña apuntaba a la anfitriona de un pub y cuestionaba a su padre por el diminuto atuendo de la mujer. La anfitriona, desprovista de abrigo, mostraba más que tan solo publicidad en flyers*. Un minivestido negro, obviamente ceñido, era su tan efectiva herramienta de trabajo.

La niña iba con sus padres y por la caja de palomitas a medio terminar supe que volvían del cine.
El padre de la niña sonrió avergonzado y a Paula, la anfitriona del pub, le importó nada el comentario y el dedo que la señalaba. Después de todo, quizá no sentía frío, ya se había acostumbrado o, simplemente coger un resfrío era un riesgo laboral que debía asumir. ¡Ja! Qué bien pensado soy.

Imagen: Unsplash


Recién dan las ocho de la noche de un miércoles cualquiera y en el jirón de la Unión hay todo tipo de gentes. Pululan tatuadores, promotores de beneficios sexuales, ambulantes y dillers** alrededor de los comercios abarrotados de clientes.

Cuadras abajo, concurridos bares, discotecas, pubs y otros centros de diversión con aires y música ochenteros procuran apaciguar la nostalgia de la que debió ser la generación del cambio. Afuera de ellos, una anticuchera intenta seducir con el vapor de sus platillos a los transeúntes. Dos pasos más adelante un par de librerías, desiertas de visitantes, cuyo destino parece ser el cierre y posterior remate. Situación que nadie quiere pero tampoco evitan.
En la esquina, malabaristas urbanos (locales y extranjeros) distraen a los conductores, bajo la luz roja del semáforo, con acrobacias cada vez más exigentes, creyendo así merecer los centavos miserables de sus espectadores.
"De cierto, Palma, Mariátegui y Vallejo nunca creyeron ver lo que mis ojos hoy sí".

Por la calle se huele una mezcla incierta de indiferencia, dejadez e ignorancia ante el acelerado declive de nuestra cultura. Pero así como cuando teniendo el semáforo en rojo, medimos a los vehículos acercándose y cruzamos esquivando cual pillos. Así le llega a la gente.

Busco en mi diccionario queriendo explicarme qué hay detrás del minivestido de Paula, la curiosidad de la niña y la sonrisa tímida del padre y encuentro nada.
Quizá para cuando la encuentre, Paula ya esté resfriada, la niña haya resuelto su incógnita y su padre aún siga sonriendo. O quizá no. Y es más probable esto último.

* Flyers: Son aquellas publicidades que por lo general las promotoras de algún evento entregan a las personas. Volante.
** Diller: Traficante minorista o revendedor de drogas. 

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