Me divierte mucho hacer que, las personas que me conocen por primera vez, adivinen mi edad. Debido a mi apariencia física me atrevería a decir que menos de un 10% ha atinado a la primera. Si visto formal, me dan más años. Si casual, varios menos. Hace unas semanas, mientras intentaban dar con mi edad, mi móvil sonó, una voz extraña saluda y pretende hacerse familiar. Casi a la fuerza llego a reconocerla. Para nada común, era un profesor de la universidad, quien más que ofrecer, pedía asistencia en un proyecto laboral. Modestia aparte, …
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