Correspondencia extraña

Como un susurro de otoño ha llegado a mi ventana el rumor de tu infidelidad.

Que has aceptado correspondencia extraña de un admirador silencioso.
Y que llevas días explorando su archivo como si de ello dependiera tu vida.
Que te detienes en sus escritos mientras le imaginas una voz de fantasía.
Que prefiguras su rostro en tus pinturas.
Y que planeas tatuarte en las muñecas el apelativo con el que te pretende seducir.
Por más verídicas y consistentes que parezcan los rumores, se extinguen en cuanto nuestras miradas se abrazan y tus cabellos reciben mis caricias.


Rumores que insisten con otras afirmaciones.

Que tus ojos se detienen, en mi ausencia, en esas cartas cuya firma al pie no es la mía.
Y que has llamado al cartero para enviar una respuesta con ilusión.
Que planeas deshacerte de mi tinta y de todas mis letras.
Y que has puesto en subasta los lauros que te dediqué.
Y con ellos, los borradores que prometí se deshacen en medio del fuego infame de una traición ciega.

Te dedico estas últimas líneas en respuesta a tu incongruente sentimiento.

Y si para ti es un hecho funesto comprobar que recibías correspondencia ajena de un autor indiferente a tus infieles alucinaciones.
Para mí sería uno mayor el creerte ahora.

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