Día histórico

Hace mucho tiempo el Perú no amanece con tan grande sonrisa, con los pulmones inflados de optimismo y el corazón desbordando confianza. Hace mucho un mismo sentir, no convoca a 30 millones de peruanos, sin importar las fronteras, a ensayar el grito de gol final que - hoy en casa - nos devolvería a un mundial de fútbol. Sí, estamos a una victoria de la gloria. Victoria que no será fácil de obtener, pero allí está la gracia de hacer historia.

Ved las calles, plazas y comercios son todos de rojo y blanco. Ved a chicos y grandes demostrando su devoción desfilando a sus escuelas y centros de labores vistiendo la blanquirroja y con el rostro pintado de alegría. Mi pecho no es ajeno al color de la fiesta. Hoy más que nunca se llevan estos colores con tanto orgullo.

"Hoy más que nunca se llevan estos colores con tanto orgullo."

La fiesta se ha instalado desde hace días aguardando el caer de esta tarde para ver al país contemplar el juego más importante de su historia en las últimas décadas. Atrás queda el valeroso empate a cero en La Bombonera, la hazaña en Quito y la proeza en Asunción. Hoy se juega en casa, con nuestra gente.

Hoy las bocinas de los autos han cambiado sus tonos molestos por otros acordes más afines a la circunstancia. Hoy se tiene en cada cuadra el eco de una guitarra criolla y los versos del Perú Campeón en su reciente versión. Hoy los desplazamientos en masa de la población tienen un solo objetivo: alentar a la selección. 

Hoy mientras el once titular se forme en el campo para entonar el himno de todos, abrazarás a quien esté a tu lado y unirán sus voces con un orgullo que hace mucho no experimentaban. Porque el fútbol es así: conmovedor.

"Porque el fútbol es, también, así: conmovedor."

Este día será histórico. Porque más allá del resultado, tenemos una lección por aprender. Una convocatoria por atender con compromiso, un país que encumbrar con pundonor y responder con dedicación al respaldo de toda una nación.
Que tu orgullo nacional no se acabe con el pitazo final de un partido de fútbol, sino que resulte en tu actuar apasionado como si la selección jugase a diario por aquella ansiada clasificación.