El sueño de superación de mi madre se resume en un deseo enfermizo: mandarme a los Estados Unidos para encontrar un futuro mejor.
Ella quiere asegurar el éxito para toda la familia. Todas sus expectativas están puestas en mÃ. A veces creo que confÃa demasiado en su hijo mayor y entonces creo que no me gusta serlo.
Desde hace un mes mi madre ha designado un presupuesto especial, con el que yo pueda aprender inglés. Sin embargo, ella desconoce que he usado el dinero enteramente en remodelar mi habitación. Como toda cuestión, siempre sale a la luz, sea bueno o sea malo, hace un par de dÃas mi hermana ha descubierto mi jugada y amenaza en ir con el chisme si no me pongo en regla.
Con todo ello, hoy estoy en uno de aquellos institutos de idioma extranjero. Uno de los más renombrados de mi ciudad. Eso importa muy poco, al final es a mà a quien le toca darle ese tÃtulo si acaso corresponde.
"Aunque las ganas que tengo bastan incluso para clasificar a Perú al mundial de por vida."
El proceso para suplir el mes 'derrochado', era rendir un examen, que con el resultado justo, compensaba el tiempo pasado. Luego de ello, correspondÃa efectuar los pagos y sin embargo, para esto, habÃa tomado para nada en cuenta el ser parte de una larga y detestable espera.
Es una fila de aproximadamente trescientas personas (sÃ, solamente 300), la que está delante mÃo. La atención progresa a razón de 5 personas por minuto. Ya han pasado veinte minutos y no puedo abandonar de tan solo recordar a mi adorable hermanita. Aunque las ganas que tengo bastan incluso para clasificar a Perú al mundial de por vida.
Es una fila de aproximadamente trescientas personas (sÃ, solamente 300), la que está delante mÃo. La atención progresa a razón de 5 personas por minuto. Ya han pasado veinte minutos y no puedo abandonar de tan solo recordar a mi adorable hermanita. Aunque las ganas que tengo bastan incluso para clasificar a Perú al mundial de por vida.
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Salida. El pasillo de la izquierda. |
Continúa la espera y la fila avanza. El colorido desfile trae de todo. Aparece el grupo de skaters, natural de todo instituto. Por supuesto, siempre hay lugar para la madre indignada que preocupada por su niño de veintitantos años lo matricula, quejándose siempre de una mal procedimiento administrativo. TÃpicamente, el niño ausente asiste a la madre por el celular. También están las niñas que hablan del reality de moda. Eso es deprimente. Más allá, a un par de metros está la selfiegirl, quien en 40 minutos, se habrá hecho 150 'pics', por lo menos.
Cercanos a ella, están los gamers, que repiten cada minuto el juramente de tener una partida en cuanto salgan de la fila. Y antes de concluir, llega "la templada", lo supe en cuanto empezó a mandar besitos por el móvil. No la juzgo, quizá algún dÃa llegue a estar infectado.
Cercanos a ella, están los gamers, que repiten cada minuto el juramente de tener una partida en cuanto salgan de la fila. Y antes de concluir, llega "la templada", lo supe en cuanto empezó a mandar besitos por el móvil. No la juzgo, quizá algún dÃa llegue a estar infectado.
En fin, si se preguntan qué hacÃa yo, pues sólo sonreÃa al ver desfilar a cada una de esas personas. y para cuando decidà escribir esta historia, mi turno a la ventanilla habÃa llegado.
Como siempre, caracterÃstico en mÃ, fui sin rodeos y concluà con éxito mi inscripción. si existieran más personas como yo, seguramente, las señoritas que atienden jamás dejarÃan de ser amables.
Lo que corresponde es irme, debà retirarme, como todo mundo, por el pasillo de la izquierda, pero entonces pensé que ellos, aun sin merecerlo, podrÃan tener la fortuna de verme desfilar. Y asà fue. Una aparición estelar, como tiene que ser; las miradas se dirigen a mÃ, todas satisfechas. no se oÃan los aplausos enérgicos pero pude contemplar el brillos en sus ojos, el cual daba la bienvenida al único e inigualable. A Andrelo, el nuevo "nuevo".
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