Me supo a Muerte

Perder el bus que te llevaría de un pueblito a otro, estando solo en un lugar cuyo registro en el mapa apenas simula un punto enclenque, suena mal. Pero, además, perderlo y enterarte luego que no habrá otro sino hasta dentro de cuatro días, parece ser fatal. Y todavía no, pues lo más trágico aún está por llegar...

Mi rostro decía más que suficiente y el terminal desierto empezaba a cerrar. Para el mediodía ya era un pueblo fantasma. Entre las pocas almas que quedaron, una joven mujer que al verme sonrió. Sí, sonrió. ¡Acaso es posible! ¿Ríe de mi desgracia?

Mi mochila, mis zapatos y todo mi atuendo de mochilero auténtico seguro llamaron su atención. Y ahí estaba yo: un caminante solo. Solo.

Ella nuevamente sonrió y dijo:

- Joven, disculpe pero no habrá otro bus para Choclla hasta el viernes.

Creía hacerme un favor.

- Sí, ya veo. Claramente lo dice este cartel. - contesté mientras apuntaba el aviso del terminal y sonreí sarcásticamente.

- Sólo hay un hospedaje en todo el pueblo. Pero no le recomiendo que vaya. Además, parece que usted viene solo.

Asentí.

- Entonces, si va para Choclla, ¡mejor vaya caminando! Quizá encuentre algún carro y quiera llevarlo de vuelta a la capital. Aún es temprano. - mostrando interés se me acercó.

- ¿Caminar? - cuestioné - son más de 12 kilómetros a una altura de 4300msnm y...

- Pero joven, usted vino por una aventura ¿verdad? - fulminó.

¿Aventura? La verdad, no buscaba una aventura. Sólo tomé una ruta nueva hacia un lugar donde pueda morir. Encontré un lugar bello que mis ojos llorosos no supieron admirar. Quizá sólo fui a caminar... y olvidar. Si acaso podía lo segundo.

Pero así empezó todo. Haciéndole caso a una extraña, en un lugar aún más extraño, caminando por una ruta desconocida, con un completo desconocido: mi propio yo.




* * *

Inhala, exhala. Inhala, exhala, inhala, exhala. Realmente estaba fuera de forma. Hacía mucho que no salía de trekking*. Habían pasado exactamente 4 años. Desde cuando conocí a Esteysi. Esteysi.

Ya iba casi 2 horas y apenas 8 kilómetros. Pero ¡en qué estaba pensando! ¿Caminar en esas condiciones?

El sol escondido de la densa neblina parecía retroceder presuroso tras las montañas. Y aquel pueblo llamado Choclla no da señales de cercanía. La humedad y la oscuridad pretenden intimidarme. A medida que avanzo la visibilidad es cada vez menor. No puedo parar ahora. Mi nariz está fría, los oídos tapados. Pero llego a oír algo, a lo lejos. No sé qué es. El palpitar de mi corazón me impide distinguir lo que produce aquel sonido. Busco concentrarme. Nuevamente lo oigo, ahora es más fuerte. Parece que se acerca. No, no siento miedo, pero mi paso es más lento. Aflojo los tirantes de la mochila para hacerme a un lado del camino. Sin darme cuenta estoy parado, con la mochila tirada tras de mí. Aquel sonido dominaba mi cuerpo y mente, estiro los brazos queriendo abrir camino entre la niebla. Fuerzo mis ojos como si bastara. Para cuando supe qué era, ya estaba cerca de mí.

En absoluto, nadie merece morir así: Haciéndole caso a una extraña, en un lugar aún más extraño, caminando por una ruta desconocida, con un completo desconocido: mi propio yo.


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* Trekking : según Google consiste en recorrer a pie largas distancias o zonas determinadas, generalmente de alta montaña y poco frecuentadas por el turismo convencional.

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