Jamás olvidaré mi primer dÃa en Intracorp. Cuatro años que parecen ser ayer.
El verano se va y mi estación favorita parece traerme más que un venturoso porvenir. Aquel otoño marcó por completo mi vida.
Desde muy joven enriquecà mi currÃculum con buenos empleos. Recibà una invitación de la corporación más importante del paÃs. La oportunidad soñada para todo individuo de veinticinco años. Estaba convencido de tal merecimiento. Talento tenÃa. Para mÃ, eso bastó.
Subà del estacionamiento al séptimo piso, el presidente corporativo, en persona, esperaba para mostrarme aquel aposento que te llena de poder: la oficina de Gerencia General.
Apenas tres meses laborando en la segunda mejor unidad de negocio de la corporación y su capacidad sumada a su destreza le permitieron escalar hasta ser mi asistente personal.
Aquella mujer tan profesional, dueña de una belleza sin igual, tenÃa el rostro dulce, el porte de una reina de belleza. Y ella estaba a mi lado, para asistir.
Mi conocimiento y habilidades, hicieron que tenga relativos beneficios para acercarme a una mujer. En todo lugar nunca tuve problema. No soy un casanova. Pero lo galante siempre estuvo en mÃ. Sin embargo, con Esteysi fue diferente. Ahora era yo, el que ahora caÃa rendido. Caà tanto que nunca supe tocar fondo. A la verdad, ahora sé, seguÃa cayendo.
Pronto mi vida profesional descontó aquel deseo de conquistar la corporación entera. Mi todo era Esteysi.
Concentré todo cuánto tenÃa por conquistarla. Pero encontré como barrera su "profesionalidad", la cual a cuenta de mi esfuerzo veÃa por fin desvanecerse. AccedÃa a todas sus peticiones, procuraba su admiración, querÃa que también dependa de mÃ. Hubiese querido dejar de intentarlo entonces. Oh, si tan sólo hubiese parado. Más tarde entendà que si las apariencias te atrapan, siempre resultas engañado.
Cuatro años después, con la mirada perdida en la computadora, solo en mi triste habitación. Lamentaba mi estúpida decisión, pues acabé perdiéndolo todo.
El presidente de la corporación, el mismo que me recibÃa gustosamente, hoy tenÃa la peor imagen de mÃ. Me despidió con decepción y enojo. Era demasiado tarde, ya nada podÃa arreglarlo.
En los dÃas que siguieron recibà sanciones administrativas, varias denuncias, pero todas las investigaciones comprobaron que Esteysi era ama y señora del fraude y yo, sólo un tÃtere enamorado y engañado.
Me levanté de la silla, di la espalda al computador y entonces dije 'quiero olvidar o morir'.
El lugar perfecto para ello está lejos, muy lejos de donde uno está. Mi afición empedernida por la música clásica, el trekking, los automóviles antiguos y la literatura de Allan Poe, habÃan sido abandonadas por Esteysi. HabÃa dejado mi vida y nada de ello podÃa recuperar ahora. Fue entonces que decidà tomar mi mochila de trek e ir lejos, a donde llegue el camino. Para olvidar o morir.
En aquel viajé olvidé todo. Pues el sonido inmutable, que no supe reconocer, aquel motor de un Dodge D100 acercándose a mà en la penumbra de la neblina, finalmente me supo a muerte.
Aquella mujer tan profesional, dueña de una belleza sin igual, tenÃa el rostro dulce, el porte de una reina de belleza. Y ella estaba a mi lado, para asistir.
Mi conocimiento y habilidades, hicieron que tenga relativos beneficios para acercarme a una mujer. En todo lugar nunca tuve problema. No soy un casanova. Pero lo galante siempre estuvo en mÃ. Sin embargo, con Esteysi fue diferente. Ahora era yo, el que ahora caÃa rendido. Caà tanto que nunca supe tocar fondo. A la verdad, ahora sé, seguÃa cayendo.
Concentré todo cuánto tenÃa por conquistarla. Pero encontré como barrera su "profesionalidad", la cual a cuenta de mi esfuerzo veÃa por fin desvanecerse. AccedÃa a todas sus peticiones, procuraba su admiración, querÃa que también dependa de mÃ. Hubiese querido dejar de intentarlo entonces. Oh, si tan sólo hubiese parado. Más tarde entendà que si las apariencias te atrapan, siempre resultas engañado.
* * *
Cuatro años después, con la mirada perdida en la computadora, solo en mi triste habitación. Lamentaba mi estúpida decisión, pues acabé perdiéndolo todo.
"Y a pesar de todo ello, eso me importó nada, cuando conocà a Esteysi..."
Fue una tarde de marzo cuando se descubrió que Esteysi, junto con tres miembros del comité, habÃan hecho un desfalco delante de mis narices, las instituciones competentes dieron su ultimátum, la corporación no podÃa creerlo, nadie advirtió lo que pasaba. Ni siquiera yo. El joven más exitoso del sector destruyendo la más grande corporación del paÃs. Las portadas de diarios lapidaban sin clemencia. La empresa estaba quebrada.El presidente de la corporación, el mismo que me recibÃa gustosamente, hoy tenÃa la peor imagen de mÃ. Me despidió con decepción y enojo. Era demasiado tarde, ya nada podÃa arreglarlo.
En los dÃas que siguieron recibà sanciones administrativas, varias denuncias, pero todas las investigaciones comprobaron que Esteysi era ama y señora del fraude y yo, sólo un tÃtere enamorado y engañado.
Me levanté de la silla, di la espalda al computador y entonces dije 'quiero olvidar o morir'.
El lugar perfecto para ello está lejos, muy lejos de donde uno está. Mi afición empedernida por la música clásica, el trekking, los automóviles antiguos y la literatura de Allan Poe, habÃan sido abandonadas por Esteysi. HabÃa dejado mi vida y nada de ello podÃa recuperar ahora. Fue entonces que decidà tomar mi mochila de trek e ir lejos, a donde llegue el camino. Para olvidar o morir.
En aquel viajé olvidé todo. Pues el sonido inmutable, que no supe reconocer, aquel motor de un Dodge D100 acercándose a mà en la penumbra de la neblina, finalmente me supo a muerte.
1 Comentarios
No puede ser, la historia te engatusa, enamora, ilusiona y luego te mata, plom!! estafa decepción. Cómo juegas con el corazón de la gente?!! :( .... jijiji Mis respetos :P
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