La Propuesta

Esta mañana mientras desayunaba, encendí la televisión. Ese aire de poder, al tener el mando a distancia entre las manos, me hace menospreciar con bastante frialdad la publicidad. Pero hoy, por pura causalidad, llamó mi atención la ‘coincidencia’ de dos avisos de empresas inmobiliarias seguidos, y no quedó en dos, al final fueron tres, ¡Y CONSECUTIVAS! No estoy buscando comprar un depa ni nada por el estilo, sólo me sorprendió aquella extraña ‘coincidencia’. Tener que elegir una. La propuesta.


 

No sé cuántas veces he desechado propuestas, pero sin duda alguna son varias decenas al día. El desarrollo del mundo está en función de ellas. Cada problema es generado por su mala elección, las soluciones por lo contrario. Todas generan una decisión. Lo tomas o lo dejas. Simple y crudo a la vez.


Hay quiénes no meditan frente a muchas de ellas. Solo actúan. Y ya. Es todo. Venga lo que sea, aceptan porque creen que la vida tiene un destino definido, ya escrito. Imposible de cambiar. Pero eso no es real.


Quizá no tenemos máquinas del tiempo o artefactos como el de Denzel Washington en Déjà vu, con los cuales podríamos alterar episodios funestos. ¡Y si ya los fabricaron hagamos colecta y vayamos a por uno! Pero a medida que uno vive se da cuenta de que existe un porvenir por el cual es necesario hacer un alto antes de decidir y luego actuar.






Vaya que si aceptaras la primera opción de trabajo que viene, quizá tu futuro sería aburrido y dependiente. Si estudiaras la carrera que salió en tu test vocacional y nunca estuviste conforme, quizá pasarían 6 años y no egreses aún. Si te hubieses casado con la primera persona que atrajo tu mirada. ¿Acaso nunca tanto? Millones dejan su vida a meros eventos que según ellos son estructurados desde fuerzas foráneas a nuestra dimensión, con la triste finalidad de cumplir nuestro tránsito en esta vida. ¡Basta ya! Pues quizá eres tú uno de esos. Y ni siquiera te has dado cuenta de que vives infeliz.


Tu existencia no radica en cumplir la interacción física en un insignificante breve lapso de tiempo. La vida que transcurre en ti va más allá de un capricho capcioso de la naturaleza. ¡Tú eres la joya más preciada del universo! ¡Sí, tú! ¿Para quién? Para tu Creador. Tu existencia radica en ser feliz. Él te creó para eso. La decisión que mucha gente desea no enfrentar es la de definir la existencia o no de un Ser supremo. Pero esa no es una propuesta, tampoco una obligación, es una VERDAD. Él existe.


Está dispuesto a cambiar tu presente y darte un futuro maravilloso. No importa tu pasado. Y si estás dispuesto a creer en la VERDAD, comprenderás los más grande misterios del omnisapiente Creador tuyo. Hoy es cuando debes creer que  Dios no está muerto. Dios existe. 


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