Admito, como muchos, haberme preguntado
durante mucho tiempo qué sería de mis noches sabatinas sino invirtiera las
horas precedentes al adventismo. Incluso, más de una vez fue motivo de
discusión entre amigos y conocidos.
Luces, música, baile y no sé cuánta cosa
más definen la mayoría de actividades del “Saturday Night”. Y que a su vez
predefinen el “Sunday Morning” de la gente común (Le llamaré así para no perder conocidos).
Para tal efecto, yo no soy común. Aclaro. No asisto a discotecas,
ni reuniones bailables. No me reúno en la esquina de la calle para libar algún
tipo de bebida alcohólica. ¡No planeo esas clases de “Saturday Night Fever”!
A estas alturas estarás gobernado por el
impulso de saber cómo sobrevivo cada fin de semana.
Películas, paseos a pie, comidas en privado
y/o público forman parte de mis sobrevivir.
Más allá de cualquier opinión, disfruto de mi vida y mucho. Mi vida.
Este artículo no es para criticar a quienes
se divierten de manera común
(todavía no les ha llegado la hora). Sino para expresar el profundo
desconcierto que tengo al avizorar mi futura nueva actividad. Actividad que no
piensa dejar de ser al cabo de un par de semanas sino por más tres meses ¡Oh,
Dios, 5 meses!
Y para variar, no será una más. Sino que
desplazará a todas para ser ¡LA ÚNICA!. La
Única.
Y
sí. Es momento de emplear mis noches sabatinas al desarrollo presencial de
clases universitarias. Semejante regalito para estas alturas de mi vida
académica. Para tantos, y no tontos, compañeros que como yo estudiarán durante
las noches de sábado les deseo éxito. Y espero logremos maximizar los minutos
restantes de cada noche de sábado… Fiebre
de Sábado por la Noche.
2 Comentarios
Uyuyuy... entonces sábados en la noche, descartados del itinerario... =D bueno solo para "mí" itinerario...
ResponderBorrarPero ¿quién dijo eso? Durante los próximos 5 meses estás dentro de "MI" itinerario... ya sabrás cómo.
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